viernes, 9 de septiembre de 2011

SIEMPRE FUISTE TU

Mi cuerpo te pedia pasión, la mente me decia prudencia, el instinto jugaba conmigo, mi boca  deseaba tus labios, tus brazos pedían acercamiento  y mi cuerpo  te reclamaba a ti, solo a ti.
Acordamos vernos después de tanto tiempo de no hacerlo, me enteré que estabas en la ciudad porque ví las fotos del face con unos cuates tuyos celebrando tu regreso y por eso sabía que llamarías y ahora estoy aquí, recordando como fue nuestro encuentro hace unas horas.

  Parada en la estación del metrobus leyendo la publicidad, sentí tu presencia detrás de mí, el corazón no paraba de latir a gran velocidad, mi cuerpo comenzaba a emocionarse y fue cuando sentí tus manos en mis ojos, -¿quién soy? - me dijiste y yo con mi voz casi entre cortada te respondí: "el idiota que se fue sin decirme nada". Me quitaste las manos de los ojos y nos miramos pero no estaba tan enojada para abofetearte sino todo lo contrario, te besé tan efusivamente que sentí que me hacía falta la respiración. Un abrazo fuerte fué lo que me hizo ver que no era un sueño más, - y bien, que hacemos? pregunté y me dijiste que fueramos al bar al que siempre había querido ir pero nunca habías accedido porque segun tú era de pseudointelectuales y lo odiabas por tal pretención, ordenamos cerveza de barril y comenzaste a explicarme el porque de tu ida fugaz, pero aún así, yo no la acepté, en ese momento mi raciocinio y mis instintos  jugaban conmigo, tanto que te dije: "bueno y de aqui, a donde? Esperaba que dijeras "a mi departamento" y eso fue lo que mencionaste. Tenía tantas ganas de estar contigo que no importó que estuvieramos algo lejos. Pasada la media noche decidimos emprender nuestro camino y salimos algo efusivos, con nuestros sentimientos aflorados y deseos incontenibles, pero algo pasó, no lo pude preveer, ¿para qué chingados me preguntaste que con quién había estado todo este tiempo? Eso no se pregunta por caballerosidad, pero yo por querer verme honesta respondí algo que no te gustó y decidiste dejarme ahi, en el ultimo metrobus que iba camino a mi casa, no a la tuya, y dijiste "no te quiero volver a ver" y me regresé a casa con mi corazón en la mano, lastimado, a punto de infartarse , maldiciendolo por su daño. Te llamé para explicarte, pero jamás me contestaste, lo único que me importaba era decirte que YO TE AMABA, pero el ego de un hombre puede más que el amor hacia la persona amada (victima de un egoismo).  Ahora solo puedo pensar que hubiera sido mejor que no nos hubieramos visto otra vez.